El acto, que se llevará a cabo ese día a las 17.30 en la Plaza de la Vida y los Derechos Humanos, ubicada en Balcarce al 800, está organizado por la Asociación de DDHH de Cañada de Gómez, y Fraternidad por una Vida Digna.
Como es costumbre en ese tipo de jornadas, el micrófono estará abierto a todos los presentes para recordar al sacerdote desde cada una de sus miradas.
El Padre Armando murió como vivió: sereno, pobre y libre… Tenía 87 años, y se le notaba, porque sus piernas ya no aguantaban. Ese era el único indicio de su vejez, porque el motor de su corazón era el de un joven soñador, audaz, creativo, revolucionario, despierto, lleno de búsquedas, con capacidad de admirarse y entusiasmarse por lo nuevo, inquieto, e ilusionado por ver una Iglesia con la frescura y osadía de los primeros tiempos.
Los años había curtido su corazón, pero no habían podido endurecerlo ni acostumbrarlo al conformismo. Sí, le habían dado la sabiduría, sencillez y generosidad y amplitud de los hombres que viven para los demás.
Desde joven tuvo una afinidad con Dios que se revela en los pobres, en sus clamores, en sus luchas por la vida, y creyó en una Iglesia identificada con el Pueblo y que se “hace pueblo”… Eso le costó tragos amargos, ser detenido por cura “tercermundista”, removido de la parroquia de Cañada de Gómez a punta de fusil, con un operativo policial y militar para vencer la resistencia del pueblo, cañadenses que habían encontrado en Amiratti un signo claro del Evangelio, y del compromiso cristiano en serio y a fondo.
Tiempos intensos aquellos `70. Tiempos de cambios, de crisis, de utopías. Orientaron su destino a La Rioja, donde Angelelli “tocaba campanas en el corazón de los pobres”.
Llegó y se “metió en el barro” uniendo, sirviendo, escuchando, luchando….
Armando fraternidad.
Armando vida para todos.
Armando sueños de justicia y paz.
Y sé fue “como si nada”, expropiado de sí mismo, para ser abono del hombre solidario, del amor, del compromiso, de la lucha por la paz y la justicia.
Armando, hombre luchador de utopías , cabal, cristiano , sacerdote del “último lugar”, seguís Armando en el corazón y con nosotros en el tiempo.