Fueron cuatro sets de música intensa, arrancando por los Jack D., y su blues clásico, con la guitarra eximia de Gustavo Sampaolesi. Más tarde, Kings of Blues, Luchi Giorgis y un grupo que aporta un teclado en el que el órgano prima sobre el piano, dándole un innegable toque sesentista.
Luego fue el turno de la Norton, que marcó la irrupción del castellano en una noche más que nada sajona. Banda de encuentro motoquero, voces roncas, y el espíritu de Napolitano flotando.
Y cerró una sorpresa: Los Rurales, de Armstrong. La guitarra y voz en manos de un veterano, temas propios en su mayoría, y muy buenas, y pibes muy jóvenes en los demás instrumentos.
En general, excelente sonido, calor en la sala y frío afuera, y el blues que despierta un espíritu distintos a todos los ritmos, en una noche con cosas buenas.