En la noche del jueves 31 de julio, Lorenzo Ferigutti encontró la muerte por la grave herida recibida en el cuello, producida con un cuchillo tipo tramontina, que hizo imposible que la tarea de los médicos, tras su traslado al hospital San José, salvara su vida. Ferigutti había mantenido una fuerte discusión con otro parroquiano, en un despacho de bebidas cercano al lugar donde encontró la muerte. Por el hecho fue imputado Carlos Alberto González, un hombre de 42 años quien había compartido con el muerto la estancia en el bar, y los testimonios daban como coprotagonista de la discusión.
Este martes por la noche se produjo la reconstrucción del hecho, ordenada por el juzgado donde se tramita la causa.
En el lugar, donde se apreciaba una fuerte presencia policial asegurando la escena, además de una autobomba en principio pensada para que iluminara la escena, se dieron cita los fiscales Natalia Benvenuto y Angel Granato, el conocido abogado Luis Rossini, a cargo de la defensa del imputado, además de personal técnico de la policía, y un testigo que esa noche se topó con la macabra escena de la víctima tirada desangrándose en el pavimento.
En medio de esas medidas, se fueron desarrollando los movimientos que replicaban los de los actores de esa jornada, a cargo de dos integrantes del cuerpo policial, y el testigo principal, mientras que el propio González se encontraba en un móvil de la policía, ya que si bien su rol en el episodio es representado por un policía, a discreción de su abogado, éste puede solicitar que en cualquier momento de la reconstrucción el propio imputado realice los movimientos producidos en esa oportunidad.
Durante largo rato se desarrolló, entonces, el procedimiento bastante inusual por estos lares, que formará parte del proceso judicial que está en marcha.
