Luego de una primera jornada agitada, a las corridas, en la que se terminaron de ultimar detalles que las malas condiciones climáticas no permitieron concluir a tiempo, el segundo día de la muestra fue “una verdadera maravilla”.
Después de “molestar” en la previa el clima parece haberse hecho amigo de la feria para que el sol alumbre con toda su fuerza las más de 70 hectáreas de muestra estática. Largas eran las colas de gente que desde temprano pero nadie protestaba por la espera, todo el mundo conversaba con buen ánimo sobre su lugar de procedencia y lo que venía a ver. Siempre con alegría, con las ganas y el espíritu de vivir “una feliz AgroActiva”, como vaticinó la presidente de la muestra Rosana Nardi en el acto inaugural.
Durante toda la jornada se pudo observar familias enteras, gente de campo, que recorrió las calles, ingresó a los stands, consultó por los productos, se dio una vuelta por el sector de ganadería, se asombró con los aviones (a veces mirando al cielo para ver las acrobacias), se sentó un rato a comer algo en los espacios de gastronomía pero, sobre todas las cosas, se retiró bien entrada la nochecita con una sonrisa en su rostro.