Artemia Trinidad Cons nació en 1919 en el Chaco, y la vida la trajo a Cañada de Gómez, donde además de formar una familia compuesta de esposo y dos hijos, fue durante años una de las voces que nos atendían cuando se pedía comunicación telefónica de larga distancia.
En una época alejada de lo digital, el rol de la operadora de la extinta Entel era entonces una especie de salvavidas que decidía la velocidad de las comunicaciones para el común de la gente. Artemia tuvo en la empresa estatal una larga carrera en la que concluyó como supervisora.
Pero además fue colaboradora de numerosas instituciones cañadenses, como el Hogar de la Niña y LALCEC, junto a la Parroquia y el Instituto Razetto, entre otras.
Hoy ya tiene 100, a veces alguna de esas entidades en las que puso el cuerpo la lleva al festejo en ocasión de un aniversario o fecha propicia, lo que es algo, pero como muchos que habiendo llegado a edad avanzada y a pesar de tener toda una historia se los ve como viejos y nada más, tal vez Artemia espere y merezca algo más.