Hubo tiempos, los primeros de la televisión local, en los que cuando un grupo de entusiastas imaginaba un nuevo programa y llegaba al tema musical de la presentación, surgía al toque el nombre de a quién acudir para manguear el material: Juancho Sosa.
Además de ésos, mis primeros recuerdos de Juan fueron durante la corta pero intensa existencia de la Casa Popular del Arte y la Cultura, que funcionaba en una vieja casona de Centenario y Sarmiento, donde ahora se está levantando un edificio de departamentos.
En medio del caos financiero de la institución, el único medio de ingreso monetario eran las peñas, en las que se anotaban todo tipo de grupos y solistas. Uno de ellos era la banda de Juancho, de la que no recuerdo el nombre. Sí me acuerdo, en esos primeros años pos recuperación de la democracia, que el final de la actuación era con la guajira del Che, en la que de un lado los peronistas haciendo la V, y del otro los zurdos elevando su puño al aire, se toreaban amenazando con la gresca inminente, obligando a la intervención de las autoridades de la Casa, que inmediatamente eran acusados de fascistas por ambos bandos y por los propios músicos.
Juan siguió prestando CDs, armando bandas y también haciendo radio. Siempre sobre música, una de las pasiones de su vida.
Contemporáneo, Las Viejas, Los Cosos de al Lado, ConFusión y muchas más. Juancho con su guitarra, su hermano el Tommy, e innumerables compañeros en escenarios de toda laya, en los que desde hoy va a estar faltando un grande.
Roberto Larocca