Cañada de Gómez estuvo en presencia de la filmación de una película comercial, con todo el despliegue de materiales y personal que ello requiere.
En este caso, el teatro Verdi fue el epicentro de la actividad desde muy temprano en la tarde del viernes, cuando se realizaron tomas en exteriores Más tarde fueron llegando los cañadenses que se ofrecieron a aparecer como extras: serían los espectadores de una obra de teatro que se desarrolla en la década del `50, justamente la misma que da el título a la película, y a la vez una pieza teatral que, en la vida real, se ha convertido en un clásico que desde hace décadas se presenta en todo el país.
La película ubica a la obra en una de sus tantas paradas en pueblos de interior, por lo que las primeras filas estarían ocupadas por lugareños ataviados con ropas de época, mientras realmente se desarrollaba la pieza, que también fue vista por público en general, que no participó del rodaje.
El hecho simpático, para el espectador de todo ese despliegue, fue no sólo estar brevemente en contacto con el inmenso trabajo que significa filmar un película, unido al de armar la obra de teatro que sirve a esa filmación, sino el ver a nuestros vecinos de todos los días aparecer arropados de manera que remitían a las viejas fotos de familia: mujeres con vestidos y maquillajes a la moda de 1950, hombres de trajes añosos y peinado engominado, abundando en sombreros tanto ellas como ellos.
En fin, el contacto por un buen rato con la magia del cine, esta vez desde adentro.
