ADEO ganó con un equipo de jóvenes mechado con los veteranos de mil batallas sobrevivientes del plantel campeón de temporadas atrás.
Algo más de un mes atrás, Andrés Mercuri le expresaba a este diario que el germen de las ganas del plantel se debían al sentimiento de pertenencia a la institución. En ese momento, el Porta tenía posibilidades de clasificar a cuartos de final, pero nada lo aseguraba.
Finalmente lo logró, pero fue el octavo clasificado de ocho. En los partidos sucesivos eliminó a quienes habían terminado como los más encumbrados, y llegó a la final con Argentino empatando en su cancha y sacando pecho en campo ajeno, para colmo con un comienzo en desventaja.
Su hinchada hoy festeja, con el doble sabor de la victoria y el de haberlo hecho con gente de la casa.