Son todas hermosas obras, entre las que se destacan algunas joyitas. Chico Dinamita Amor, el último álbum grabado por Coki y su banda –aunque en el crédito del disco figura sólo Killer Burritos, una muestra de la preponderancia que el músico nacido en Cañada le da al grupo- es un compendio de buenas melodías con armonías justas, soportadas por letras sensibles.
La performance de la banda, este viernes en Casa del Bicentenario, fue soberbia. El propio Coki, quien cantó de manera increíble, se encargó de decir “es uno de los mejores conciertos que hemos dado”, en referencia a una noche en que se tocó todo el disco, en el orden en que está editado.
Los Killer estuvieron integrados por Coki en voz, aunque luego agarró la guitarra acústica para hacer algunos clásicos, Tito Barrera (batería), Miguel Villalba (bajo), Marcos Prieto (piano, sintetizador), Pablo Giulietti (guitarra principal, e Isidro Llonch en segunda guitarra.
Una vez presentado Chico Dinamita, hubo algunos clásicos, como Perdida, y una formidable versión de Joselito, entre otros, junto a la fugaz aparición de Antonia, la pequeña hija del músico, quien hizo coros.
Como lo suele recalcar, Coki es de hablar poco. Agradeció la presencia del público que se llegó a la sala, aunque lamentó que no estuviera llena. “Es algo que no se entiende, se brinda gratis un concierto de rock, y los pibes se quedan mirando a Tinelli. Cómo queremos que después no gane Del Sel”, lo que provocó la risa y el aplauso cerrado de la concurrencia.
Es cierto, los que no fueron se perdieron una de las mejores actuaciones en los últimos tiempos de artista alguno que haya pasado por la ciudad. Coki y los Killer trajeron la música y un espíritu que no se encasilla más que en hacer bellas canciones.