“Fumigar en los espacios verdes es un despilfarro de recursos. El Aedes Aegytpi (el mosquito que transmite el dengue) es netamente domiciliario, se cría en recipientes y no en charcos, lagunas o zanjas. Fumigar, sin la necesidad de un bloqueo es favorecer la resistencia en la población de mosquitos”. Quien dialoga con LaCapital es la investigadora del Conicet, e integrante del Grupo de Estudio de Mosquitos (GEM) de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires (UBA), Sylvia Fischer. La especialista advirtió sobre otro concepto: “La larva no crece exclusivamente en agua limpia”.
Sylvia Fischer, es investigadora independiente del Conicet en el Instituto de Ecología, Genética y Evolución de Buenos Aires y del GEM de la UBA, donde se desempeña como jefa de trabajos prácticos. Estudia la biología y dinámica poblacional del Aedes Aegypti para lograr reducir su abundancia frente al alerta epidemiológico.
Advertida sobre algunas campañas oficiales donde se fumiga en parques y plazas sin una justificación, insistió sobre la tarea preventiva en la etapa larvaria del Aedes Aegypti.
Ayuda de todos. “Este es un problema sanitario que se resuelve en el domicilio de cada uno de nosotros. El Estado debe dar la información correcta para saber qué hacer, pero es un problema que empieza casa por casa. Y más allá de las situaciones de bloqueo (detección de un caso de dengue con una fumigación 9 manzanas a la redondea del contagiado) hay que reducir los criaderos y ésto es tarea de las personas”, advirtió Fischer.
Justamente, un tema de preocupación de la científica estuvo centrada en las campañas montadas desde los gobiernos para combatir la expansión creciente del virus en el país.
“Hay un desconocimiento de la gente y una presión hacia los funcionarios para que se fumigue. El énfasis debe estar puesto en controlar las larvas, que son las mas fáciles e indefensas en su recipiente y no enfocar tanto en el mosquito que ya está volando”, consideró Fischer.
“Por un lado es un despilfarro de recursos y por el otro si se fumiga en domicilios se abre otra discusión: se controlaría al Aedes adulto, pero no en los criaderos de larvas que generan nuevos adultos en 4 días.
Y cuando se fumiga también se genera una resistencia a los insecticidas en la población de mosquitos adultos. Se empiezan a necesitar dosis cada vez más altas de veneno para lograr el mismo resultado”, se explayó la científica del Conicet.
Otro “mito” a derribar es el crecimieinto larvario exclusivamente en agua “limpia”. “Se crían en recipientes artificiales (baldes, palanganas, frascos, floreros, portamacetas, potus enraizados) pero no sólo se reproduce en agua transparente, sino en agua marrón, turbia, verde. De hecho, las larvas se alimentan de materia orgánica y el agua limpia no le brindan óptimas condiciones. Por eso hay que insistir en eliminar todas las acumulaciones de aguas en recipientes artificiales”, advirtió Fischer.
Según explicó la especialista, el ciclo de vida dura unos 6 días en condiciones normales, y las hembras pueden ponen unos 60 huevos.
Las larvas son como alfileres que cuelgan cabeza abajo del agua. La pupa (estadío previo al adulto) es como una “C” o una coma sumergida. Y no se crían en ninguna acumulación en el suelo o tierra, ni en zanjas, ni en lagunas, ni en charcos.
A diferencia del ruidoso “cúlex” que ronda las cabezas de las personas causando un doble malestar, el Aedes vuela más bajo y por ende resulta más imperceptible.
Viven todo el año entre nosotros. Sin embaro, el virus del dengue no permanece los doce meses entre los humanos. Son la humedad y las altas temperaturas lo que catapulta la reproducción poblacional y aumenta las chances de que sean agente de contagio.
Muy complicado. En relación al aspecto epidemiológico, Fischer no dudó al anticipar una etapa “complicadísima, con mucho dengue, por la epidemia en países vecinos, lo prematuro de los contagios y la oleada de turistas a las zonas de contagio. Estas combinaciones complejizan el cuadro”.
Y esto también vale para los casos autóctonos (hasta el viernes, el municipio contabilizó el único caso en Rosario). “Empezará a crecer porque las personas infectadas no lo registrarán inmediatamente y le dará la posibilidad a los mosquitos que lo piquen y contagie a otros. Por cada caso en las estadísticas oficiales, hay muchos más que no van al médico pero tienen dengue”, recalcó la investigadora del Conicet.
Publicado por La Capital
