De acuerdo a lo informado por medios de los lugares que va atravesando, Emma Moronsini camina entre 4 y 5 horas diarias, y el resto del día descansa en hogares municipales.
Acarrea un pequeño carro donde carga pan agua y leche, y acometió la empresa luego de haber sufrido un accidente que el año pasado le afectó una pìerna. Dice que camina a Luján a llevarle una promesa a la Virgen, y un pedido por los jóvenes y por la paz del mundo.
En otras oportunidades realizó la misma actividad que la llevó por Polonia, Israel, México, y Brasil, donde caminó desde la ciudad de Salvador hasta San Pablo, donde visitó el santuario de Nuestra Señora de Aparecida.
Fuente: La Voz del Interior