La historia que comenzara ese mediodía de mayo de 2011 tuvo un nuevo capítulo este martes, cuando el juez que entiende en la causa condenó en primera instancia a Virginia Navarro, acusada de haber provocado premeditadamente el incendio que casi acaba con la vida de su esposo Marcelo Brun, a quince años de prisión, al considerar que la mujer estaba en uso de sus facultades mentales en ese momento.
Esa fue la línea elegida por la defensa, la de demostrar que la mujer no estaba en sus cabales, hipótesis sustentada por informes de algunos profesionales de la salud mental.
El juez, en cambio, interpretó, a la luz de los testimonios y pericias aportados a lo largo de la investigación de la causa, que ese día la acusada sabía lo que hacía.
Luego de una larga y dolorosa recuperación de las profundas lesiones recibidas y que le dejaron secuelas que aún son tratadas, Brun realizó un vívido testimonio de lo acontecido, lo que acaso fue determinante para llegar a esta instancia de condena.
El caso obtuvo una gran difusión al ser llevado a la pantalla de la televisión nacional, y ahora transita un nuevo capítulo, mientras que se especula con que la historia continúe con una previsible apelación de la defensa de la mujer condenada en esta primera instancia.