En el primero de los casos, la pizzería de barrio Juan XXIII, el propietario del lugar descubrió el domingo por la mañana que desconocidos habían violentado la puerta de la cocina, para llevarse el dinero que se encontraba dentro de la caja registradora.
En cuanto al local de venta de autopartes, el robo también se produjo en el lapso entre el sábado por la tarde y el domingo por la mañana, cuando el titular halló el interior en desorden, y la falta de dinero en efectivo y cheques.
Presumiblemente, los ladrones ingresaron atravesando un ventiluz que mide unos 30 centímetros de lado, está ubicado a dos metros de altura, y no posee vidrio ni rejas.