Apenas terminó el encuentro en el que Argentina venció 1 a 0 a Brasil, se desencadenó en Cañada de Gómez un fervor como hacía tiempo no se veía.
El centro de la ciudad se pobló con miles de personas que con una mezcla de pasión y entusiasmo futbolero se apretujaron, gritaron y saltaron en una escena que choca con la inmovilidad que en mayor o menor medida, de acuerdo a los vaivenes de la pandemia, atraviesa a nuestra sociedad desde hace un año y medio.
Esa pasión semejó, también, una suerte de desahogo entremezclado en el festejo, que en unos días veremos qué consecuencias trae.
Por ahora todo es fiesta en Cañada.
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