Estilos de vida saludables
Al menos un tercio de los cánceres más comunes se pueden prevenir no fumando, reduciendo el consumo de alcohol, llevando una dieta más saludable y haciendo más ejercicio físico.
La adopción de hábitos saludables en etapas tempranas de la vida reduce el riesgo de cáncer y de otras enfermedades no trasmisibles (ENT) en la edad adulta.
Detección temprana
El poder garantizar la disponibilidad y el acceso a programas de detección temprana del cáncer puede reducir significativamente la carga de esta enfermedad en todos los países.
En los casos de cáncer de mama, colorrectal y de cuello de útero, existen datos importantes que respaldan la puesta en marcha de programas de tamizaje (o detección) para la población ajustados a los recursos del país y a la carga de la enfermedad. El Instituto Nacional del Cáncer (INC) del Ministerio de Salud de la Nación cuenta con programas dedicados a estos tres cánceres.
La inversión en la capacitación profesional continua es fundamental para equipar a los profesionales sanitarios con las herramientas y los conocimientos apropiados, que les permitan reconocer los primeros signos y síntomas de algunos tipos de cáncer.
Tratamiento para todos
Todos tenemos derecho a recibir tratamientos y servicios de atención del cáncer eficientes y de calidad, en igualdad de condiciones y sin que nos causen dificultades económicas.
A través del Área de Evaluación de Tecnologías Sanitarias, el INC elabora guías de práctica clínica sobre diferentes enfermedades oncológicas con el propósito de establecer las mejores opciones para la atención de los pacientes.
El INC a través de su Coordinación de Formación de Recursos Humanos capacita permanentemente a profesionales de todo el país en diferentes especialidades relacionadas con la detección y tratamiento de pacientes con cáncer.
Por otra parte el INC impulsa mejores tratamientos a través de sus becas destinadas a la investigación clínica, epidemiológica y social en cáncer.
Calidad de vida
El cáncer puede tener un impacto importante en la salud emocional, física y psíquica de las personas.
Mantener las redes de apoyo social y hablar del cáncer es importante para las personas que lo padecen y para sus familiares y cuidadores.
El INC a través de su Coordinación de Cuidados Paliativos trabaja en colaboración con distintos organismos nacionales para mejorar la disponibilidad y el acceso a opiodes (medicamentos para aliviar el dolor). Además, capacita a profesionales de todo el país en lo referente a esta especialidad.
Los principales factores de riesgo tienen un gran impacto sobre la carga de cáncer global:
El tabaco, a través de sus diversas formas de exposición, constituye la principal causa de muerte relacionada con el cáncer en todo el mundo entre los hombres y cada vez más entre las mujeres. Las formas de exposición incluyen tabaquismo activo, respirar humo de segunda mano (tabaquismo pasivo o involuntario) y tabaco sin humo (como mascar tabaco). El tabaco provoca diversas formas de cáncer: de pulmón, esófago, laringe, oral, vejiga, riñón, estómago, cuello de útero y colorrectal.
El sobrepeso y la obesidad están asociados causalmente a varios tipos de cáncer, como de esófago, colorrectal, mama en mujeres postmenopáusicas, endometrio y riñón.
La inactividad física contribuye de forma importante al aumento de las tasas de sobrepeso y obesidad en muchas partes del mundo y de forma individual aumenta el riesgo de algunos cánceres.
El consumo excesivo de alcohol es un factor de riesgo de muchos tipos de cáncer, incluido el de la cavidad bucal, faringe, laringe, esófago, hígado, colorrectal y mama. El riesgo para varios tipos de cáncer (por ejemplo, de cavidad oral, faringe, laringe y esófago) derivado de un alto consumo de alcohol aumenta sustancialmente si la persona también fuma en gran cantidad.
La infección con el virus de la Hepatitis B provoca alrededor del 52 por ciento de los carcinomas hepatocelulares del mundo. Otro 20 por ciento de cánceres hepatocelulares lo provoca la infección del virus de la Hepatitis C.
El Virus del Papiloma Humano (VPH) es la infección viral del tracto reproductivo por transmisión sexual más común del mundo e infecta a 660 millones de personas aproximadamente cada año. También se calcula que provoca casi todos los cánceres de cuello de útero, el 90 por ciento de los de ano y el 40 por ciento de los cánceres de genitales externos. El VPH también provoca cáncer de la cavidad oral y orofaríngeo. Las mujeres pueden evitar el desarrollo de un cáncer de cuello de útero con la realización del Papanicolaou (PAP). Este examen permite detectar células anormales o lesiones en el cuello del útero y reducir casi completamente la incidencia y mortalidad. El PAP es gratuito y se realiza en todos los hospitales y centros de salud. Se recomienda a las mujeres realizarlo a partir de los 25 años de edad.
Las personas con infección por VIH tienen un riesgo de padecer ciertos tipos de cáncer considerablemente más alto que las personas del mismo grupo etario sin dicha infección. El VIH debilita el sistema inmunitario y reduce la habilidad del cuerpo para destruir las células cancerosas y para combatir infecciones que pueden resultar en cáncer.
La exposición al sol excesiva o a fuentes artificiales de radiación ultravioleta, como las camas solares, aumentan el riesgo de padecer diferentes tipos de cáncer de piel.