El domingo arrancó con una tormenta intensa que afectó a Cañada de Gómez, con algunas diferencias de acuerdo a la zona de la ciudad.
Las calles que corren de norte a sur se convirtieron en un río que además arrastraba gran cantidad de hielo, ya que la piedra caída fue de tamaño importante pero además muy densa.
El comienzo del fenómeno climático provocó la estampida de los conductores de automóviles, que corrían para evitar el daño en la chapa, como siempre en desmedro de la seguridad del semejante.
Corta pero ruidosa, la tormenta trajo además algunos minutos de fortísimo viento, uno de los factores de riego más importantes para personas y viviendas.
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La pedrada que pocos esperaban
La medianoche del sábado se convirtió en un susto para muchos y una pesadilla para otros. Autos dañados por la intensa caída de piedra, desagües tapados y casas anegadas junto a intensas ráfagas de viento, pusieron dramatismo al inicio del día del Padre.
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