Malvinas 0 2350

Me sigue doliendo Malvinas como si fuera hoy. Esta opinión ya fue publicada en este medio

Tristeza

Por Rubén Moreno

Enseñemos a los chicos que esto no fue guerra. Fue un hecho en el que un país usurpador mató chicos de 18 años que fueron mandados por unos asesinos que tomaron el país de forma antidemocrática cargada de una violencia que nunca olvidaremos.

Persiguieron, desaparecieron y mataron a sus compatriotas. Los soldados no fueron héroes sino que fueron víctimas de la dictadura cívico militar y eclesiástica. No fueron, los llevaron; los maltrataron, hambrearon, torturaron, abandonaron y los asesinaron. Dejando en sus familias ese dolor que solo ellos sienten y que los acompañará por el resto de sus vidas. Los que volvieron fueron invisibles a los ojos de la mayoría que meses antes vitoreaban a un borracho y gritaban como si fueran goles las noticias del canal oficial como, por ejemplo, diciendo que estábamos ganando.

Malvinas. Un día de memoria en el que recordemos a esos niños que los vistieron de soldados como si una guerra fuese un juego igual que cuando éramos chicos y jugábamos a los soldaditos. Cuando llega este día siento un profundo dolor. El mismo que sentí ese día que llenó de tristeza mi corazón. El contexto político de ese tiempo está en muchos documentos en periódicos o libros en donde se contaran historias parciales desde muchos puntos de vista. La historia se mira en el tiempo donde aparece la filosofía más lógica a la realidad; la locura colectiva agitada desde unos mesías de la época y toda lo que se construyó con Malvinas. No vale la vida de un pobre pibe que muere inocentemente en ese gran absurdo que fue una guerra organizada por poderes que nada tenían que ver con una bandera o patria. La patria seguirá siendo siempre el de al lado y no los poderosos que siguen reciclándose solo para dañar al otro con sus prácticas que siguen profundizándose.

“Un error no se convierte en verdad por el hecho de que todo el mundo crea en él”. Mahatma Gandhi

Los invito a ver este documental NO SOMOS HÉROES, de pibes a veteranos, tiene una mirada crítica sobre la guerra de Malvinas, desde la perspectiva de siete civiles que, estando bajo bandera durante la dictadura del 76, fueron afectados por una realidad que no eligieron.
Testimonios que muestran cómo influyó el contexto histórico a jóvenes que fueron utilizados para intentar impedir la caída del gobierno de facto. Jóvenes que fueron llevados a una guerra, donde los militares argentinos siguieron empleando métodos genocidas a los propios soldados argentinos, fueron estaqueados, pasaron frío, y hambre; la dictadura en estado de guerra que violó, consecuente con su ideología, los derechos humanos sobre jóvenes que tenían entre 18 y 20 años, en su mayoría.

https://www.youtube.com/watch?v=uuHpSXEkGS0

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Muerte de José Luis Cabezas, en un nuevo aniversario de su asesinato 0 566

Cuando mataron a José Luis Cabezas nos mataron a todos, recuerdo la angustia que produjo en todos los sectores sociales, nos sentimos solos, desprotegidos ante el poder que no se ve pero volvía a matar para amenazar y decirnos mandamos nosotros, somos impunes, la Argentina como hoy vemos, era una ensalada de trascendidos, mentiras, versiones ilógicas. pero esa indignación nos unió en una frase que representó el sentimiento popular todos somos cabezas, resulta difícil con la impunidad del poder decir Nunca Más pero muchos seguimos construyendo con militancia, compromiso en lo colectivo, hoy debemos ser conscientes de la importancia de la unidad para romper estas paredes que nos tapan de injusticias , no a cualquier costo, sí contemplando las diferencias y promoviendo los consensos en una gran resistencia contra este mismo poder que sigue volviendo con otros rostros.

Rubén Kelo Moreno

Reconstruir 0 451

Cuando hablamos de la dictadura y lo que sigue generando, no se lo toma con seriedad y se lo ve como algo lejano, sin poner atención a todo lo que vino después, su economía, y parte de esa cultura que sigue vigente para una gran mayoría que no analiza lo que fue, y el porqué de esos años que nos cruzaron como sociedad.

Desde la política se trató de cerrar ese modelo impuesto, que tuvo tres etapas: la del 76, los 90 y la tercera, entre el 2015 ,2019.
Este gobierno, que venía a traer dignidad con políticas populares, sigue apostando a esos caminos de la desigualdad, garantizándolos y excusándose en que no existen otros medios para cambiar.

Nada es casualidad sino consecuencia, y las palabras, si no reflejan la realidad, son solo eso, palabras bonitas en frases armadas. No podemos negar la realidad, pero necesitamos hacer un esfuerzo para entenderla. Creemos que, efectivamente, esos sectores del poder están cosechando lo que sembraron con sangre y muerte en los 70, que cultivaron en los 40 años de esta democracia que supimos conseguir.

Se empeñaron en hacer de la política una mala palabra, y que la solución es profundizar esas prácticas quitando derechos con violencia sumando más marginalidad.

Claro que la historia no es lineal, está hecha de marchas y contra marchas. La expresión, más o menos vehemente, de los conflictos de clase es lo que mueve el amperímetro. Y, o bien permite la bajada de crudas políticas neoliberales que se profundizan día a día y ninguno de los que han estado en el poder ha podido, sabido o querido solucionarlas. Aunque con la necesidad de una articulación más eficiente, la resistencia está.

Por más que la manipulación de los medios la niegue, las distintas movilizaciones docentes y de muchos gremios, donde la masividad les impide ocultarlas, las muestren a su modo, para el desprestigio y la espectacularización del hecho político.

Las marchas de “paren de fumigarnos”, la defensa de los pueblos originarios recuperando territorios, las marchas de los 24 de marzo con miles de personas recorriendo las calles, diciendo Nunca más a golpes de estado, la histórica del 2×1, el llenado de plazas con pañuelos blancos, emblemas de la resistencia por memoria, verdad y justicia, todas estas manifestaciones no se pueden tapar con una mano.

Los grandes medios desinforman y mucha gente repite. No negamos la violencia, que existe y es cruel, pero ya está probado que no se detiene con más muertes.

El problema de la seguridad no tiene nada que ver con la pérdida de garantías. Todo lo contrario, garantizar los derechos humanos básicos es más seguridad.

La violencia institucional, las asociaciones ilícitas que aparecen diariamente en los diarios, éste es el mensaje descarado: actúen que serán protegidos. Necesitamos justicia, derechos, igualdad, comprensión, amor, debemos ser capaces de construir otra cosa, y aún estamos lejos de contar con una alternativa política que realmente dé vuelta la tortilla, cambie el paradigma. Que no tenga todas las soluciones, que se pregunte, que escuche lo colectivo y que todo lo que vivimos como sociedad lo carguemos de contenido político.

 

Ruben Eduardo Kelo Moreno

 

 

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