El Pre Chateau se realizó en varias jornadas eliminatorias, que se llevaban a cabo en Rosario, en el anfiteatro Humberto de Nito, y los “G” las fueron atravesando hasta la final, en febrero del ’88.
Eran cinco finalistas, cuatro de ellos rosarinos y, en solitario, los de nuestra ciudad.
El anfiteatro estaba repleto, y los G recibían el apoyo de puñados dispersos de cañadenses, incluido un grupo que viajó en el colectivo municipal, organizado por la Casa Popular del Arte y la Cultura, institución de corta pero intensa vida que funcionaba en Centenario y Sarmiento, en una vieja casa ya derruida que albergaba, entre otros, a los ensayos de la banda.
Como era la final, algunos grupos de pop del momento animaron la previa, incluido Manuel Wirtz, entonces en su rol de mimo.
Cuando cada uno de los finalistas realizó su pasada, y el locutor anunció que los ganadores eran los G, se desató la tormenta de abucheos, aunque los fans de los de acá pusieron en el aire sus buenos aullidos.
El ambiente en las tribunas se fue caldeando, y cuando los ganadores hicieron un tema de homenaje y despedida, les tiraron de todo al escenario, mientras que los hinchas cañadenses sentían que la biaba estaba a la vuelta de la esquina.
Con más o menos susto, la noche terminó bien para la mayoría, que escapó del anfiteatro como pudo.
Para Punto G, la gloria de esa noche, cuando el nombre de la banda trascendió las fronteras cañadenses.