Adolfo Bello tenía 22 años, estudiaba Ciencias Económicas y estaba viviendo en una pensión rosarina. Como tantos pibes del interior, almorzaba en el comedor universitario que estaba en calle Corrientes entre Córdoba y Santa Fe, donde luego se instaló Bellas Artes.
El sábado 17 de mayo de 1969 se produjo en el comedor un acto de protesta por la muerte de otro estudiante, Juan José Cabral, que había sido asesinado dos días antes en Corrientes. La policía reprimió a mansalva, y un grupo de estudiantes corrió a la vuelta de la esquina y se refugió en una pequeña galería, la Melipal, que tenía dos entradas por Córdoba, formando una U. Allí fue Adolfo, el pibe de Las Rosas, que en la encerrona fue fusilado de un tiro en la cabeza por un policía, Lescano, quien muchos años después fue condenado por ese crimen.
En medio de la ola de indignación que abarcó a todos los sectores, se realiaron más protestas, también con víctimas, que marcaron un año bisagra en la historia de la llamada Revolución Argentina del dictador Onganía.
La muerte de Bello conmocionó a Rosario, pero mucho más a Las Rosas, que perdió a un hijo de ese terruño, y a todas las localidades de los alrededores, cuyas familias enviaban a chicas y chicos a estudiar a la Universidad y de golpe se enfrentaban con una violencia desconocida hasta entonces.
Este viernes a las 15 habrá un recordatorio del trágico hecho en el Nuevo Cementerio Jardín de Las Rosas.
Foto: Las Rosas Digital