El grupo se interiorizó sobre el camino del agua, desde las 50 perforaciones que abastecen a la planta potabilizadora mediante ósmosis inversa, que reduce el nivel salino natural del agua subterránea, hasta la distribución por la red de cañerías domiciliarias.
Al agua que consumen los cañadenses se le realizan 9.700 análisis por año para controlar la calidad en todas las etapas del proceso.
Así que el agua de red se puede beber sin ningún tipo de agregado o tratamiento en cada hogar.