A la hora de ver un partido de fútbol, todos anhelamos con tener la vida de esos jugadores: atléticos, talentosos y famosos, su bienestar no parece ser un gran problema. Sin embargo estamos equivocados, ya que la presión que se vive en ese deporte es un factor de riesgo que no siempre es tratado de la mejor manera. En esa dirección, la depresión es una enfermedad tabú de la que muy pocas veces se habla en voz alta. Es por eso que en la siguiente nota nos animamos a echar luz y visibilizar este delicado e importante tema.
Muchos niños y niñas sueñan con ser futbolistas cuando sean grandes. Incluso muchas personas, ya en edad adulta, también fantasean con ser protagonistas del deporte más popular del mundo. Las decenas de programas especializados al respecto, así como también las inmensas sumas de dinero que se mueven alrededor de este juego hacen parecer que nada malo puede suceder allí. Ahora bien, es importante destacar que eso no es así, ya que existen sus sombras. En esta nota, hablaremos de un tema tabú: la depresión en los jugadores de fútbol. ¿Qué factores pueden derivar en esta enfermedad?
En primer lugar, hay que mencionar la constante presión a la que viven expuestos los jugadores de fútbol, ya que cada una de sus decisiones es observada y juzgada por millones de personas. La presión deportiva es algo con lo que muchos deportistas deben lidiar desde que son pequeños, lo cual puede ayudar a construir el carácter pero, al mismo tiempo, a cargar de ansiedad lo que en definitiva no deja de ser un juego y una competición. Ya en el ámbito profesional, las cargas son aún mayores, ya que gran parte de los ojos del mundo se depositan en pocas personas. Cuando las cosas no suceden como las esperamos, la depresión puede acechar sin mayores obstáculos.
También debemos hacer referencia a los casos de deportistas que nunca llegan a figurar en las primeras planas de los diarios ni a jugar en los grandes clubes del mundo. Esa constante frustración puede afectar seriamente no solo al rendimiento deportivo, sino también a la salud de la persona en cuestión. Es por eso que muchos clubes se han empezado a concientizar al respecto, agregando psicólogos y psicólogos deportivos a sus cuerpos técnicos y planta permanente.
Por último, otro factor que puede derivar en la depresión de los futbolistas es el retiro. El fin de la atención mediática, al adrenalina de la competición y, en muchos casos, de los ingresos económicos, puede derivar en una profunda tristeza que debe ser atendida desde antes de colgar los botines.
Vale celebrar que en diversos ambientes se ha empezado a echar luz sobre este delicado tema, ya que se ha mantenido bajo el tapete como una suerte de tabú desde hace varias décadas. Después de todo, los deportistas, en especial los futbolistas, son seres humanos que necesitan contención psicológica como cualquier otro.
