El titular del taller se encontraba trabajando en el interior del local, cuando escuchó ruidos provenientes de la parte delantera del mismo. Cuando se dirigió al lugar, descubrió a un individuo a quien conoce que se estaba llevando una amoladora que se encontraba depositada en ese sector.
La reacción del tallerista fue gritarle al intruso, quien atemorizado dejó caer la herramienta en el vereda, para luego escapar a toda velocidad en una motocicleta.