Uno de los vehículos es una pickup chevrolet S10 de doble cabina, cuyo dueño, de 44 años, la dejó estacionada por el bulevar, a metros de Quintana, a las 2.15 del domingo, para luego ingresar en el local de Bloom’s. Al salir, a las 5.45, el vehículo ya no estaba. No tenía alarma, y sí había trabado las cuatro puertas con llave.
Casi al mismo tiempo, un joven de 21 años estacionaba un Fiat Uno blanco a pocos metros del anterior. Esta vez el egreso del local fue a las 6.30, con el mismo resultado: el coche, que tampoco tenía alarma per sí había quedado con las puertas cerradas con llave, se había evaporado.
La policía investiga ambos casos.