Desde junio del 2022, las empresas que dependen de insumos importados para continuar su producción, están sufriendo las consecuencias de esta política económica que las pone, prácticamente, al borde del cierre. La situación lleva a consecuencias muy graves, con reducciones en la producción que ya están poniendo en riesgo las fuentes de trabajo.
“Hasta noviembre del año pasado, momento en que se puso en marcha el nuevo sistema SIRA, funcionaba el anterior sistema SIMI, que ya venía generando incertidumbre, falta de fondos y de cumplimiento de compromisos con el exterior. Con el SIRA se profundizan toda una serie de distorsiones que ponen en peligro el abastecimiento de insumos”, según Omar Mirleni, especialista en Comercio Exterior y asesor de la Cámara de la Madera de Cañada de Gomez (CIMA).
La CIMA, viene realizando en forma sostenida los reclamos respectivos para los asociados que tienen problemas, a través de la Federación Argentina de la Industria Maderera y Afines (FAIMA), la Unión Industrial Argentina (UIA), las autoridades municipales de Cañada de Gomez y del gobierno de Santa Fe.
“El nuevo sistema SIRA dejó afuera de la posibilidad de importar a muchas empresas MiPymes y Pymes que importan insumos indispensables para seguir produciendo porque no se fabrican en el país, o cuya fabricación no alcanza para abastecer al mercado interno. Como éstas no acceden al financiamiento de sus proveedores, y al no existir la posibilidad de pagar de contado, se quedan sin poder importar de manera directa”, resalta Mirleni.
Agustín Boggione, de la firma Delos afirma que hoy están fabricando lo que pueden fabricar, no lo que deberían. “Desde noviembre que no nos autorizan la compra de herrajes”, además, asegura que todos los insumos que podían reemplazar por nacionales ya lo hicieron y que están produciendo alrededor de un 20% del total de los productos que fabrican.
“Estamos trabajando con jornada reducida, y si la situación no cambia, tendremos que empezar a suspender gente, que es a lo que no queremos llegar”. A su vez, denuncia que no están pudiendo comprar repuestos para maquinarias que necesitan reparación, situación que los lleva a frenar la producción.
El titular de otra pujante empresa de la región, con más de 200 empleados, resalta que “La mayor dificultad que tenemos es la incertidumbre. Es una lotería, no sabés cuando sí y cuando no, y eso nos impide tomar decisiones. Toda la operatoria está muy engorrosa y eso limita los planes para el futuro.”
Como consecuencia asegura que están trabajando con jornadas reducidas desde hace 3 meses, con una merma del trabajo de un 30%. “Estamos trabajando 6 horas y en algunos rubros menos días. Todavía no estamos tomando decisiones de despido, no queremos hacerlo, pero en este escenario cuesta mucho pensar en un crecimiento, sino todo lo contrario”.
Desde el sector afirman que las industrias necesitan de estos insumos para seguir produciendo y sostener las fuentes de empleo. Por lo tanto, enfatizan en que las políticas de administración del Comercio Exterior deberían favorecer y garantizar el ingreso de los mismos, y en todo caso, condicionar el ingreso de bienes finales que se sí se producen en el país.
Las fábricas de muebles piden con urgencia a las autoridades que modifiquen el sistema para dar mayor previsibilidad, de lo contrario, la situación actual, que ya es crítica, se seguirá agravando provocando el cierre de las empresas por no poder producir.