El sábado el Cervantes fue la fiesta de música y color esperada, con un show que Opus Rock ofrece como pocos.
Parecido, pero diferente al concierto del año anterior, el proyecto mantuvo intacta la premisa de combinar temas de distintas épocas y bandas, en un orden tal que se propuso un subibaja emocional, alternando rockanroll furioso con baladas épicas, a cargo de una banda sin fisuras, apoyada en muchas canciones con músicos invitados, la poderosa voz de la cantante principal, un coro afiatado, y las numerosas apariciones de otras voces solistas que mantuvieron allá arriba el nivel del espectáculo.
Así arrancaban, mientras una música incidental sostenía la apertura del telón, los inconfundibles acordes de Smoke on the water, y la siguieron clásicos de Toto, Fletwood Mack, Led Zeppelin, Metallica, Queen, Bon Jovi, Gun’s and Roses, Pink Floyd, Beatles, los Stones y Aerosmith, entre otros inmortales.
La base instrumental, a cargo de la banda Mothership, integrada por Gustavo Sampaolesi (guitarra), Meli Chisari (voz), Patricio Molloy (teclados), Diego Bárcena (bajo), y Cristian Ramello (batería), los que con el coro que interpretó los arreglos originales de Meli, conformaron el nudo de la propuesta. En esa agrupación estuvieron las voces cañadenses de Ivana Johansen, Silvina Castellán y Roberto Larocca.
A ello se agregó un destacado lote de artistas invitados: Mariela Arduino, Fer Quiroz, Román Garone y Luciano Fernández en voces; las guitarras de Joaquín Cristalli, Esteban Chirino, Agustín Pistelli, Maxi Bee, Alejo Biragnet y Andrés Rizzardi; Santi Piermattei y Puchi Marcolini en percusión, Rubén Carrera (teclado) y Gato Berraute en piano, quien además actuó como ingeniero de sonido al lado de Pinky y Martin Borsatto. Las fotos de la extensa jornada estuvieron a cargo de Mary Sampaolesi y Fer Quiroz.
Como un toque exótico para este tipo de eventos, durante el extenso intermezzo acústico de la canción de Zeppelin Whole lotta love irrumpió la danza, a cargo de Monica Bellini, Anael Banegas y Emilia Bonci, integrantes del taller de danza clásica del Cervantes, que dirige Daniela Sakich
Durante 2 horas y media, el público que colmó la sala del Cervantes disfrutó, bailó y cantó lo que el evento propuso, el que culminó con cada uno coreando el tema de cierre, el clásico de los Beatles Twist and shout, y así se cumplió la meta de repetir el éxito del 2022, lo que impulsa al proyecto a una nueva versión para el año que viene que, como se ha demostrado, promete estar a la altura de semejantes precedentes.