El Teatro Verdi vivió una de esas noches para guardar, que se dan especialmente cuando el público comparte recuerdos, códigos y sensaciones comunes, más allá de la diversa composición de generaciones que acudieron a la fiesta de Punto G.
Apuntalado en un conjunto de atributos técnicos que funcionaron casi sin fisuras, el show del grupo cañadense se deslizó raudamente a través de todos los temas de su primer disco, Todo lo que Acaba se vuelve Insoportable, y una cuidada selección de canciones de los dos que le siguieron.
Como es tradicional, la gente cantó los hits vigentes según pasan los años, y disfrutó el combo completo. El recuerdo de Tato Fernández, presente en imágenes y en su sello en algunos temas, y la contundente performance de Debernardi, Verdichio, Albertengo, Carrera, Vilaseca y Mascotti, marcaron una noche en la que uno se fue a dormir tranquilo.
A Punto G, salud.