El partido entre Unión totoras y Defensores de Centeno culminó con una gresca que tuvo como protagonista a la parcialidad del visitante, que se trenzó con la policía tras arrojar proyectiles al campo e intentar romper el tejido perimetral para ingresar al campo.
En el descanso del primer tiempo hubo que reparar un sector del alambrado, ubicado en el sector en el que se ubicaba la parcialidad visitante, y promediando el segundo tiempo comenzaron los incidentes cuando desde esa hinchada se comenzó a arrojar elementos contundentes al campo de juego avasallando otra vez el alambrado perimetral, momento en el que la policía realizó disparos disuasorios manteniendo una precaria calma por pocos minutos, cuando volvieron las agresiones y se suspendió el juego.
Ya retirados equipos y árbitros, la policía acompañó a la hinchada visitante hacia el exterior, mientras grupos de ésta continuaban arrojando proyectiles, concluyendo con cuatro efectivos lesionados, y sin que se registren similares pertenecientes a la parcialidad del club Defensores de Centeno.