Con la mayor de sus hijas acompañándolo y su nietita de apenas 2 meses de edad, soportando a la intemperie la inestabilidad climática, Héctor Ojeda dice buscar al responsable de que su esposa con tan solo 19 años haya fallecido.
Ojeda refirió que el día 22 de octubre de 1992, su señora, Mónica Gutierrez, había llegado desde Tortugas a internarse en el SAMCO de Armstrong porque iba a dar a luz. Ojeda sostiene que su esposa ingresó al nosocomio en buenas condiciones de salud y que el parto no tuvo mayores inconvenientes, pero que ante la necesidad de colocarle sangre a su esposa, el personal médico que la atendía, equivocó el grupo sanguíneo de la paciente, y en vez de colocarle sangre 0 positivo, le colocaron sangre A positivo, lo que desencadenó su posterior deceso.
No es la primera vez que Héctor se encadena frente al SAMCO, ya que el año anterior estuvo en nuestra ciudad empleando la misma práctica por varios días.
En ese momento y después de mucho bregar por conseguir hablar con algún miembro perteneciente a la comisión del SAMCO, logró entablar una charla informal con uno de ellos, pero hoy, un año después la situación sigue igual.
Humilde y trabajador Héctor Ojeda quedó viudo con tres hijas, la mayor de ellas en ese momento aún no cumplía tres años.
Hoy estaba ella, su hija mayor, que ahora ya es madre, y estaba con su bebé de 2 meses en brazos, Cristal, que así se llama, y con voz entrecortada y sin despegar la mirada de su pequeña hijita, ella nos decía que no tiene recuerdos de su mamá, que sus recuerdos son por lo que su papá y allegados le contaron de ella, nos decía que le quitaron la posibilidad de festejar los días de la madre con su mamá y que a Mónica, su mamá, le quitaron la posibilidad de ver crecer a sus hijas, de conocer a sus nietos.
Fuente: Armstrong y Región
