La consigna de los organizadores del acto de este 24 de marzo incluyó además la cita a los 33 años desde que se recuperó la democracia.
Como es costumbre, hubo micrófono abierto a todo aquél que tuvo algo que decir. Inició las alocuciones Adriana Penna, de Amsafé, quien recordó al primer docente desaparecido, y continuaron oradores como Carlos Fernández, quien aludió a una comida organizada por Guillermo Estévez Boero en su casa, a dos meses de haberse producido el golpe, a la que invitó a dirigentes peronistas y radicales, en lo que constituyó el comienzo de la reorganización de la actividad política en nuestra ciudad, y Luis Molinas, quien cuestionó a los que consideran el período 1976-1083 como de inmovilidad de la protesta social. “Se luchó, y mucho…” expresó el hijo del recordado fiscal Ricardo Molinas, un luchador él mismo, rememorando luchas sindicales en el 76, el mismo año del golpe, cuando los ferroviarios organizaron su primera huelga durante la dictadura.
Habló gente de prensa, como Quique de María y Emanuel Soverchia (“No vivimos en dictadura, pero los poderosos nos siguen dictando…”), y el ex intendente Jorge O. Albertengo, recordando también las reuniones políticas que se seguían realizando a pesar del peligro que implicaban.
“El Quique” contó que cuando el teniente coronel de la dictadura que vino a reemplazarlo ese mismo 24 de marzo, él, entonces intendente de Cañada de Gómez, pidió que ante escribano público se librara un acta sobre los dineros municipales, cosa que se pudo realizar en un par de horas.
Tuvo acceso a esa acta en estos días, recordó. “Tiene un gran valor histórico, al menos para mí”, expresó en su charla, en la que incluyó una charla con la asesinada Fany Giordano, apenas 48 antes de su secuestro y asesinato.
La reunión en la Plaza de la Vida tuvo permanentes recuerdos a los asesinados, desaparecidos y presos de nuestra ciudad, y el cierre de las palabras fue para Roberto Garín, actor privilegiado de esos tiempos, él también un perseguido político por ese entonces.
Finalmente, la colocación de la ofrenda floral en recuerdo de las víctimas locales del terrorismo de estado estuvo a cargo de Adriana Penna e Ivana Johansen.