Cañada de Gómez presenta un cuadro, en cuanto a la evolución de casos de Covid-19, que muestra un descenso de contagios si se toman una a una las cuatro últimas semanas.
Así fueron las cifras:
1º semana – Desde el 25 al 31 de mayo: 226 casos
2ª semana – Desde el 1 al 7 de junio: 167 casos
3ª semana – Desde el 8 al 14 de junio: 146 casos
4ª semana – Desde el 15 al 21 de junio: 86 casos
Como se puede observar, a pesar de mostrar cifras aún elevadas, que sitúan a Cañada de Gómez dentro de un departamento y provincia caratuladas de riesgo alto, el descenso de contagios diarios fue sostenido, y coincidente con la aplicación de mayores medidas restrictivas, especialmente en la no circulación luego de ciertos horarios, la prohibición de reuniones sociales y en parques, plazas y lugares similares.
Es entonces cuando comienza otro debate.
¿Es esta bajante del número de casos señal de descenso en la presencia del virus, lo que habilitaría a retomar esas actividades que se restringieron?
O, por el contrario: ¿Corresponde esa merma en los contagios a que, precisamente, se restringieron actividades y si se retorna al anterior esquema volverán a subir?
En ese dilema se encuentran todas las regiones del mundo, que en un sube y baja periódico, alientan o prohíben comportamientos sociales al compás de la estadística.
Si se vuelve a los números cañadenses, en el mismo lapso de cuatro semanas que se tomaron para las presentes estadísticas, fallecieron 24 personas -14 mujeres y 10 hombres- quienes cursaban Covid-19. Se debe tomar en cuenta que en este número no figuran las otras víctimas del mal cuyo deceso se produjo luego del período en que se supone que se contagia, y su muerte se atribuye a la enfermedad que persistió, y no al coronavirus mismo.
De una u otra manera, estos últimos y trágicos datos debieran tener su peso en las próximas decisiones.