Tres autobombas y un grupo de voluntarios llegaron en auxilio para aplacar la intensidad del fuego y terminaron siendo testigos del extraño descubrimiento. Como una isla, inmune a las llamas, el altar asomaba en medio del suelo negro.
El pesebre fue construido por Hugo, el padre de una chica que perdió la vida en el año 1997 en un accidente de tránsito: “Mi hija tenía 13 años cuando falleció. Construí esta gruta que tiene un pesebre y un ángel para recordarla”, dijo el hombre asombrado.
Fuente: Armstrong y Región / Rosario3
Foto: Armstrong y Región