Murió hoy a los 74 años, pero había comenzado a despedirse de a poco, renunciando a una actividad que conocía como nadie: el “patear” la ciudad en pos de la búsqueda de algún hito, personaje o anécdota que enriqueciera el gran álbum de historia cañadense que relató mucho y del cual, lamentablemente, escribió poco.
Su extensa trayectoria transcurrió en Estrella, su casa, en radio, en la tele, donde pergeñó Mi Ciudad, un completo repaso por la vida de pequeños héroes casi anónimos, y en cada micrófono que tomó para dar aire a actos, bailes, festivales, y cualquier otra ocasión que necesitara de un introductor. Y en el escenario del polideportivo del sur, donde en 1988 partió de algo más que una gran peña, para arribar al suceso del gran festival de estos días
El grito “Desde Cañada de Gómez…!” con el que todos sabíamos que, ahora sí, comenzaban Las Tres Lunas, tal vez seguirá sonando, pero nunca como hasta ahora…