De esta manera, la planta de ósmosis inversa instalada en la zona noreste de la ciudad amplía su capacidad operativa, mejorando la calidad del agua corriente que consumen los cañadenses, cuyo contenido de arsénico elevado se atenúa a partir de el procedimiento que permite esta tecnología.
El nuevo módulo tendrá una capacidad de procesar 40 mil litros por hora, lo que significa una incremento del 40 por ciento al actual, que es de 100 mil litros por hora.