Persiguieron, desaparecieron y mataron a sus compatriotas. Los soldados no fueron héroes sino que fueron víctimas. No fueron, los llevaron; los maltrataron, hambrearon, torturaron, abandonaron y los asesinaron. Dejando en sus familias ese dolor que solo ellos sienten y que los acompañará por el resto de sus vidas.
Los que volvieron fueron invisibles a los ojos de la mayoría que meses antes vitoreaban a un borracho y gritaban como si fueran goles las noticias del canal oficial como, por ejemplo, diciendo que estábamos ganando.
Malvinas. Un día de memoria en el que recordemos a esos niños que los vistieron de soldados como si una guerra fuese un juego igual que cuando éramos chicos y jugábamos a los soldaditos. Cuando llega este día siento un profundo dolor. El mismo que sentí ese día que lleno de tristeza mi corazón. El contexto político de ese tiempo está en muchos documentos en periódicos o libros en donde se contaran historias parciales desde muchos puntos de vista.
La historia se mira en el tiempo donde aparece la filosofía más lógica a la realidad; la locura colectiva agitada desde unos mesías de la época y toda lo que se construyo con Malvinas. No vale la vida de un pobre pibe que muere inocentemente en ese gran absurdo que fue una guerra organizada por poderes que nada tenían que ver con una bandera o patria.
La patria seguirá siendo siempre el otro y no los poderosos que siguen reciclándose solo para dañar al otro.
Rubén Moreno
“Un error no se convierte en verdad por el hecho de que todo el mundo crea en él”.
Mahatma Gandhi