Con la apertura de importaciones del gobierno nacional, la devaluación del dólar y los tarifazos todo cambió. En mayo del 2016 la tarifa de gas fue de 210 mil pesos, un 500 por ciento más. Los costos de producción también aumentaron. La materia prima se cotiza en un dólar que está en alza. Y más las ventas cayeron 50 por ciento. ¿Por qué?
Según Graciela (empleada de la cooperativa), desde 2015 el país deja entrar mercadería de 14 países. Entre ellos, República Checa, China y Brasil. Son productos de vidrio y no de cristal, como los que hacen, pero los consumidores los buscan por los bajos precios.
Vitrofin es una de las tres fábricas de vidrio artesanal de la Argentina. Tiene unos 50 trabajadores que hacen todo tipo de copones de vino, vasos de trago largo, cerveceros, whisky, licor, jugo, jarras, floreros y baldes de hielo. Son verdaderos artesanos. Encaran un proceso que visto desde afuera parece mágico.
La producción es enteramente manual. Se hace con soplado a boca y moldeado a mano, sin máquinas. Hacer una copa lleva varios pasos: mezclan los minerales que forman un polvo y lo ponen en un horno a unos 1.400 grados. Funden durante 12 horas y lo dejan descansar un día. A 1.100 grados los artesanos soplan a través de una matriz para dar la forma al cáliz de la copa. Otro grupo hace el trabajo más minucioso. Sentados en un banco y con una pinza en mano, estiran el cristal hasta hacer la pierna y el pie de la copa. Cuando están listas las tres piezas, las dejan enfriar por tres horas y media.
En lo que va del año sus ventas cayeron en un 50 por ciento y la tarifa de gas por sus hornos escaló un 600 por ciento. La boleta de Litoral Gas que llegó a la firma en mayo alcanzó un total a pagar de 293.112,43 pesos
Ahora el horno de la planta se apagó, una vez más. Los trabajadores resisten, en una época en que precisamente no se alienta a ese sector. El del trabajo.
Extractada de una nota realizada por Luciana Mangó – El Ciudadanoweb