María Eugenia Bielsa estuvo en Cañada de Gómez acompañada por Danilo Capitani, quien la secunda en la fórmula que pretende representar al justicialismo en las próximas elecciones generales de la provincia. También estuvo Ehsan Sherbi, quien compite por la senaduría, Marcelo Baumann, candidato a presidente comunal de Correa, y Adriana Penna y Estela Gatti, que van por una concejalía, entre otros.
Bielsa habló como era de esperar, de los dos temas que a su juicio, y el de muchos, ocupa la mente de los santafesinos: la producción y el empleo, y la seguridad.
“Caminando distintas localidades de la provincia, uno advierte la preocupación de los habitantes por el tema de la conservación del empleo, tanto por parte de los trabajadores como de los empresarios Pyme. Y ese tema, el del trabajo, va muy atado al otro, el de la inseguridad”.
Luego de aclarar que “el trabajo es un concepto que para los socialistas es distinto al que tenemos nosotros los peronistas, y que en estas elecciones no se puede acudir con un discurso programático ni siquiera similar al de cuatro años atrás”, Bielsa graficó, con un ejemplo concreto, esa ligazón entre las dos pautas empleo-desocupación, seguridad- inseguridad: “Esto fue contado en la ciudad de Santa Fe, donde un compañero, abogado, se encuentra defendiendo casos de personas muy jóvenes acusadas de tráfico de drogas. Uno de ellos, reciente desocupado, acuciado por la necesidad de pagar algún servicio o conseguir insumos básicos para la subsistencia, pidió dinero a un narco del barrio” –y aquí aclaró la candidata que, en la zona norte de la ciudad capital de la Provincia se afincó un grupo de narcos colombianos- “algo que se ha constituido en mecanismo repetido para conseguir algún dinero de necesidad y urgencia”.
“El narco le prestó al muchacho, digamos mil pesos, y le propuso que se lo devolviera a razón de cien por día. El chico se agenció de alguna changa, y el primer día le devolvió cien pesos. Al otro día ya no hubo changa ni dinero, por lo que el narco le dio una bolsita para que la dejara en un lugar. Y así, un día devolviendo y al otro repartiendo, el muchacho se vio convertido en ‘soldadito’, hasta que al narco no le convino más y lo denunció a la policía, y así a víctima del sistema quedó sindicado él como traficante. Ese es el mecanismo perverso que permite que al no producir el Estado condiciones para que todos trabajen, un trabajador, precisamente, quede prisionero de un mundo delictivo al que no pertenece”.
Respecto al funcionamiento de la policía, primero habló Sherbi, quien apunto que “en los últimos doce años se debe destacar que en política de seguridad se fracasó. En ello tuvo mucho que ver que el presupuesto no aumento en los últimos tres años lo que debió por inflación. Además, una fórmula correcta en presupuesto para fuerzas de seguridad estima que un 70 por ciento se destine a sueldos, un 20 a funcionamiento y mantenimiento, y el 10 restante a modernización tecnológica. EnSanta Fe la proporción es 90-7-3 en los mismos conceptos”.
Bielsa agregó que “la policía es un sistema vertical. Si queda claro desde el poder político que el gobernador y su ministro son los que establecen las normas, sin dudas ni desvíos, la estructura policial rápidamente se pone en sintonía. Hace unos días, hablando con el miembro de una institución de una ciudad vecina, me decía: de los ministros de seguridad que tuvo esta administración, sólo uno conocía de seguridad, con lo que está todo dicho”.
Antes, la candidata había dicho: “Una de las cuestiones que más se advierten es la desconfianza de l gente en la política. En 2018, más del 70 por ciento de la población manifestó creer que la política no servía para solucionarle sus problemas. Yo, como política, creo que es para eso que estamos, para solucionar los problemas de la gente”.