El primero de los robos ocurrió en una casa situada en calle Neuquén al 1800, en el lapso transcurrido entre el viernes, en el que el propietario se ausentó, y el lunes en que a su regreso comprobó que se suma a las víctimas de este tipo de episodios.
En este caso, los ladrones entraron tras violentar una puerta trasera, y se llevaron dinero, un televisor de 40 pulgadas y otros objetos.
El siguiente caso ocurrió en Ballesteros al 200. El dueño halló el sábado a la noche y a su regreso, que los barrotes de una ventana habían sido descalzados. Una vez en el interior y tras la tradicional búsqueda de valores, los delincuentes obtuvieron dinero y el teléfono celular de la víctima.