Una fiesta clandestina se estaba desarrollando en una vivienda ubicada en calle 12 al 300, cuando al lugar llegó un móvil policial, alertado por un llamado telefónico.
La concurrencia se trasladó entonces al parque municipal de la localidad, para luego comenzar a arrojar proyectiles de todo tipo, piedras, botellas y trozos de hielo, hacia el personal policial, que entonces solicitó refuerzos, mientras que seguían llegando jóvenes de distintas edades y sexo.
Mientras acudían más efectivos, a los que se agregaron inspectores de tránsito, el clima estaba cada vez más caldeado, entonces la policía utilizó cartuchos anti tumulto, a lo que los revoltosos contestaban “vamos a darles que las balas de goma no nos hacen nada”.
Finalmente la multitud, calculada en unas 80 personas, se dispersó, dejando como saldo los automóviles dañados. Al momento se continúan con las actuaciones judiciales sobre las personas identificadas en el lugar de la agresión. Tiene intervención del suceso el Fiscal en turno del Ministerio Público de la Acusación.
