En estos días, en que se han observado contradicciones y confusiones políticas, vino a la memoria una opinión de José Saramago (Premio Nobel de Literatura 1998) titulada Los miserables, haciendo referencia a la novela del poeta y escritor francés Víctor Hugo publicada en 1862, donde relata la historia de un hombre que pasó casi toda su vida en la cárcel por haber robado un pan.
Cuenta Saramago que al visitar Argentina en los tiempos del 2000, lo indignó ver gente pidiendo comida frente a la legislatura, donde algunos eran reprimidos y otros encarcelados. Hoy, seguramente, esos hijos y nietos siguen viviendo esa angustia sintiendo el desprecio por ser víctimas de un sistema sin miramientos cuyo fin, ayudado por los distintos gobiernos siguen concentrando sus riquezas.
Son insaciable e impunes, porque saben que, en estos 39 años de la recuperación de la democracia, la entrega de la política a la economía los transformó en el poder real como suelen llamarlos justificando su inacción de no defender por incapacidad política construido culturalmente a través de los años.
La liviandad con que se manejan por la falta de proyectos para las mayorías, al no implementar políticas de estado con acuerdos que cambien el sufrimientos que se sigue padeciendo; en estos tiempos hay un arco de personajes que se alejan de una convivencia democrática y aún más de generar y acordar miradas para futuro.
Entra en la lógica del revés: se levantan los empachados de riquezas, cuya ansiedad generada por el desprecio los hace peligrosos para la salud social. Quieren quebrar el orden institucional, les molestan las urnas democráticas, nada
les importa, son patriotas sin patria, utilizan la bandera flameando en el nombre de la libertad y la república planificando violar la Constitución.
Impresiona verlos perdido en tiempo y espacio, recorren los distintos medios bajando frases facilistas sin contenido lógico desde donde se mire, ya se vivió esta situación previo a la dictadura cívico militar eclesiástico, cuando se hablaba de corbatas de seda mientras se planeaba ese modelo económico que todavía se sigue sufriendo, con la matriz que trajo tanta tristeza y dolor.
Aparecen personajes que se alzaron contra la democracia convocando a integrante de las fuerzas armadas; pero lo que más duele es ver a referentes y militantes con su sombra histórica cultural transmitido por varias generaciones su anti con lo popular que dicen pertenecer, ponen personajes históricos nefastos que son repudiados y lo seguirán siendo a través de la historia y terminan justificando a estos militares que persiguieron y desaparecieron a 30.000 ,lo comparan con los malos políticos y parece que lo terminan haciendo buenos, justificando así la teoría de los dos demonios (son los confusos).
Debemos estar alertas y no dejarnos llevar por estas nuevas prácticas que solo tienen un objetivo: que el poder real se convierta en legal asaltando la democracia. No se deben cambiar ideologías, cegados por el odio, lastimando al otro, físicamente o con la palabra. Es sólo otro humano conviviendo en lugares comunes con otros pensamientos.
Rubén Eduardo Kelo Moreno