Mensaje del titular de ADEO:
Que difícil se torna en algunas circunstancias expresar con palabras los sentimientos y sensaciones de lo que nos tocó vivir este fin de semana en Rafaela.
Es difícil porque contra la estupidez humana no hay antídoto: Como todos saben el sábado fuimos despojados de algo que nos habíamos ganado en buena ley: jugar una final deportiva y tener la posibilidad de ganarla o perderla en la cancha once contra once. Pero no fue posible.
Nuestro sueño se empezó a derrumbar cuando fuimos salvajemente emboscados en la ida a la cancha y siguió durante toda la previa con la intimidación permanente hacia nuestros jugadores, hinchas, familiares y dirigentes, para terminar como todos intuíamos con un fallo injusto del árbitro, el robo consumado y el impresentable accionar policial reprimiendo una tribuna poblada como siempre por nuestras familias.
Este es el inmenso dolor que nos abarca porque como dirigentes tratamos de tomar todos los recaudos posibles para que no sucediera nada de esto y sin embargo por las razones que están publicadas en todos los diarios, sucedió igual.
Aquí debería dedicarles un párrafo a la policía, al árbitro y a los dirigentes del otro club pero no vale la pena gastar neuronas pensando cómo calificarlos, ya que dudo que ellos tengan siquiera una neurona funcionando.
Dicen que de todo lo malo siempre se puede rescatar algo y lo que quiero rescatar es la otra palabra del título: ORGULLO. Eso es lo que siento por nuestra gente y por nuestros jugadores, porque había que entrar a jugar después de todo lo que había pasado y ellos lo hicieron y demostraron hasta que los dejaron porque llegaron hasta allí y por nuestra gente porque a pesar de saber a qué se exponía igual colmó nuestro espacio y cobijó con su aliento permanente al equipo.
Finalmente pienso que ningún logro deportivo justifica que para alcanzarlo tengamos que poner en riesgo la vida de nadie y seguiremos luchando para desalentar la violencia y la obtención de resultados a cualquier precio, pero para lograrlo los necesitamos a todos compartiendo esta lucha codo a codo y este sentimiento corazón a corazón.
Un fuerte abrazo para todos.
José Guillar
